miércoles, 23 de abril de 2008

La niña de Rajoy se revoluciona

Cuando Mariano Rajoy le puso a su niña electoral el nombre de “Victoria Esperanza” no lo hizo, ni mucho menos al azar. Lo que él no sabía es que ese segundo nombre no iba a ser la esperanza que, él creía, España iba a tener si ganaba el Partido Popular las elecciones. Pasado ya más de un mes desde los comicios generales ya sabemos que la niña de Rajoy no se llama Victoria, si no sólo Esperanza. A secas. Y más que suficiente. Porque la niña de Rajoy nos ha salido guerrera.

Después de su guerra mediática con Alberto Ruiz- Gallardón, Esperanza Aguirre, a la que parece gustarle demasiado ser el centro de las polémicas a pesar de sus quejas hacia la interpretación que los medios hacen de sus palabras, decidió lanzar un “órdago” a su propio partido, insinuando que iba a presentarse como candidata a la presidencia del PP, rivalizando a Mariano Rajoy. Tras los posicionamientos de los llamados “varones”, es decir, los hombres fuertes del Partido Popular del lado de Rajoy, Esperanza rectificó, viendo que no contaba con tantos apoyos como los que quizá en un principio pensó que iba a tener.

La enésima, que no la última, llegó el pasado lunes, cuando por la mañana negó rotundamente que se presentaría para liderar el PP y por la noche, en el programa 59 segundos, dijo que esa decisión de no presentarse es “inamovible…o no”. Las últimas declaraciones de Doña Cuaresma han llegado hoy, al contestar a Manuel Fraga y decirle que “lo de la mordaza no va conmigo”, en alusión a lo que el gallego le replicó, de que debería estar callada, por el bien de su partido.

Ahora bien, ¿estamos, como Aguirre dice solamente ante una interpretación de los medios de las réplicas que, tanto unos como otros se lanzan?, ¿Lo que busca Esperanza Aguirre es realmente un simple debate de ideas? Las dos preguntas se pueden responder con un “No” rotundo. A pesar de que ella lo niegue, Esperanza Aguirre tiene muchas ganas de llegar a presidir algo más que una Comunidad Autónoma porque, aunque niegue tener más aspiraciones de las que ha conseguido hasta ahora, es innegable que quiere ser la líder del PP para hacer y deshacer a su gusto porque, de no tener tales aspiraciones, no continuaría en política, como todos.

Aguirre lanzó el “farol” u “órdago”, como muchos han calificado, dada su conocida afición a jugar a las cartas para observar cómo se posicionaban sus compañeros de partido y los diferentes medios de comunicación a los que todavía les faltaba un hecho de estas características para tomar parte en la guerra interna del Partido Popular. Ahora, que sabe que no cuenta con demasiados apoyos, lo más probable es que lleguemos a Junio y en el Congreso del Partido Popular tan sólo haya una candidatura, la de Mariano Rajoy.

Pero por predicciones que no quede. Esperanza Aguirre va a continuar con su hambre de poder. Esperará a cumplir los años que le quedan al frente de la Comunidad de Madrid para pasar a ocupar un asiento en el Senado y, desde allí, poder presentar su candidatura en el próximo Congreso del PP. Es más, otro pronóstico: El día que Aguirre se juegue su puesto al frente del Partido Popular lo hará frente a uno de sus grandes enemigos, uno que también tiene mucha sed de poder. Alberto Ruiz- Gallardón.

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